Eventos
¿Os pensabais que este mes no iba a
haber una entrada en el blog?. Lo que pasa es que el señor Barroso ha estado en
Bruselas y he esperado pacientemente para poder contaros lo sucedido allí. Lamentablemente,
queda fuera del alcance de nuestros intelectos el poder comprenderlo, así que
deleitaros con una página más del libro de Autoayuda.
El Gran Libro
de Autoayuda del Señor Barroso.
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Amor
Si aún así te siguen mirando
con repugnancia en la empresa en que estás empleado, se imponen medidas más
drásticas; deja de descargarte porno por Internet (todo el mundo sabe que eres
tú el que lo hace y más si lo visionas en streaming, atontao). Cuando estés en
el mismo espacio que tus compañeras trata de no mirarles las tetas o el culo
mientras se te cae la baba por la comisura de los labios, no se lo suelen tomar
como señal de profunda admiración por su personalidad e intelecto. Si no puedes
evitar ninguna de estas dos cosas, bájate el porno desde el ordenador de
cualquier compañero, no sólo mejorarás a los ojos de las mujeres sino también a
los de tu jefe, y consigue que un amigo médico te firme un certificado en el
que conste que tu fijeza visual y la
salivación espontánea son los síntomas de una rara enfermedad no contagiosa;
enmárcalo y cuélgalo en un lugar bien visible de tu puesto de trabajo.
Notarás increíbles cambios en
el comportamiento hacia ti del sexo contrario, alguna incluso se dignará a
hablarte, pero no esperes más que un hola o un buenos días en esta fase del
acercamiento (ya sé que antes también te hablaban, pero un “vete a tu mesa y
déjame en paz” no sirve a nuestros propósitos).
Cuando ya empiecen a creer
que eres un ser humano llega el momento crucial de llevar a cabo nuestro último
intento de tener sexo antes de morir. Pero primero es necesario cambiar
completamente el concepto que tenemos de las mujeres, hay que deshacerse de una
vez por todas de la expresión decimonónica que las define como el sexo débil, las
hembras de hoy son capaces de realizar cualquier tarea antes reservada sólo
para los varones y valoran mucho su independencia y que las traten de igual a
igual.
Aprovecha la primera fiesta a
la que te hayan invitado, aunque sea por error, o cuélate en alguna. Acércate a
cualquier chica que veas sola, borra de tu mente tus fracasos anteriores, haz
acopio de una seguridad en ti mismo que no tienes y pídele que te invite a un
cubata. Anteriormente habrás hecho un riguroso entrenamiento para soportar el
alcohol, ya que uno de sus efectos menos deseados es que puede hacer aflorar tu
verdadera personalidad.
Entabla conversación con ella
y coméntale como de pasada que te gustan mucho los gatos; si es soltera y vive
sola seguramente tendrá uno o varios, y si está casada y te ha invitado a un
cubata, ya sabe lo que se hace y le importará un bledo si te gustan los gatos o
no, pero es un tema que permite un cierto diálogo y no te compromete demasiado mientras
acabas tu bebida.