Eventos
Me complace anunciaros que el señor Barroso actuará en La Sala los días 20 y 21 de Junio, es taquilla inversa así que llevad las carteras bien llenas. Hay que reservar pues el aforo es limitado, así que hacedlo a través de este mail: info@lasalacirc.com
Y para más información:
www.lasalacirc.com
El Gran
Libro de Autoayuda del Señor Barroso.
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Terapias alternativas
Horóscopo
y Tarot
La astrología tal, como la
conocemos en el mundo occidental, se cree que nació en Babilonia hace unos 5000
años. Por un lado estudiaba el movimiento aparente de los astros y servía para
determinar y predecir acontecimientos cosmológicos, lo que hoy se conoce como
astronomía, por el otro intentaba detectar relaciones entre estos sucesos
cósmicos y los terrenos. Es obvio que los planetas influyen en la vida de las
personas, nos sentimos más optimistas en un
día soleado, bajo la luna llena tenemos ataques de romanticismo
exacerbado y mientras utilizamos toda nuestra verborrea aprendida para la
ocasión, recorremos con nuestros dedos torpes los recovecos de una blusa femenina
hasta que un sonoro bofetón nos devuelve al plano terrenal.
Hay astrónomos que intentan
apartarnos de estas verdades con especulaciones más o menos bien orquestadas. Nos
comentan, los muy ladinos, que las constelaciones son grupos de estrellas que
el hombre ha agrupado según su visión desde nuestro planeta, ya que muchas de
ellas, a pesar de estar en la misma constelación, están a cientos de años luz
unas de otras; que los astrólogos usan doce signos zodiacales aunque en
realidad son trece a causa de la precesión de los equinoccios[1] debido a
la inclinación del eje de la tierra y a las fuerzas gravitacionales de la luna
y el sol, y las casas que se utilizan para hacernos el horóscopo son las mismas
que hace siglos, por lo que están desplazadas. También nos dicen que los astros
ejercen un influjo gravitacional sobre nosotros en el momento de nacer, pero
que la masa corporal de nuestra madre ejerce una mayor fuerza de gravedad. No
vamos a dejar que estas opiniones nos aparten de los efectos beneficiosos de
una ciencia que tan buenos resultados ha dado a lo largo de los milenios, pues
tenemos pruebas irrefutables de nuestro lado para tomar esta decisión y no
seguir sus indicaciones: si los científicos hicieran caso de sus estudios
seguirían una dieta sana, harían deporte y no nos expondrían a peligrosísimos
agentes patógenos.