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El señor Barroso os envía
sus mejores deseos para que paséis este mes de agosto disfrutando como unos
majarajás (palabra inventada por él mismo).
El Gran
Libro de Autoayuda del Señor Barroso.
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Rasputín
Grigori Yefímovich Rasputín fue un místico ruso con una gran influencia en los últimos días de la Dinastía Romanov. También fue conocido como «el
Monje Loco». Como definición lo podría dejar aquí y pasar a la parte del final
que es lo que nos interesa, pero no lo voy a hacer, por algo me he pasado más
de media hora buscando información sobre este tipo.
Grigori fue el quinto de nueve hijos.
Sólo sobrevivieron dos: él y su hermana Feodosiya; como podéis ver, ya desde
pequeño repartía suerte a quienes le rodeaban. Nunca asistió a la escuela, como
casi todos en su pueblo, con lo que no sólo perdieron la oportunidad de
adquirir conocimientos si no también el placer de hacer pellas. En Pokrovskoye, su pueblo natal, el
joven Rasputín era considerado un tipo extraño, pero dotado de dones misteriosos[1];
un muchacho demasiado disperso como para convertirse en un hombre de provecho.
Empezó a beber y lo detuvieron junto con otros por el robo de unos caballos.
Finalmente, la asamblea rural lo absolvió, aunque los demás fueron desterrados
a Siberia Oriental, podemos suponer que ellos sí que
fueron considerados adecuados para convertirse en hombres de provecho.
Se casó con Praskovia Fiódorovna Dubrovina
(intenta pronunciarlo mientras comes un polvorón), tres años mayor que él; la
pareja tuvo tres hijos: Dmitri, Varvara y María. En 1892 Rasputín dejó abruptamente su
aldea, esposa, hijos y padres, tíos, tías, conocidos y todo lo que se pueda
dejar en una aldea de la que hasta ahora no teníamos ni idea que existiera y
que de aquí a dos páginas vamos a olvidar totalmente como estaban deseando
olvidarla todos sus habitantes. Pasó varios meses en un monasterio. Ingresó
poco después en una secta cristiana condenada por la Iglesia Ortodoxa Rusa conocida como jlystý ('flagelantes'),
quienes creían que para llegar a la fe verdadera hacía falta el dolor. En las
reuniones de esta secta, las fiestas y orgías eran constantes y Grigori se convirtió en un acérrimo
integrante. Consejo: si te has de hacer de alguna secta te recomiendo que
busques una en la que sólo sea obligatoria esta segunda parte, la parte del
dolor ya te llegará. El ingreso en esta congregación marcó al “profeta” siberiano de por vida; esto explicaría la notoria vida
sexual que tuvo en años posteriores y que acabó ennegreciendo su reputación de
hombre santo, pero que le proporcionó numerosas seguidoras. Posteriormente
llevó una vida de ermitaño hasta que conoció al Hermano Macario, un iluminado que tuvo
una fuerte influencia sobre Rasputín, pues llevó a Grigori a renunciar a beber
y comer carne[2]. Cuando
regresó a casa se había convertido en un ferviente converso.