Correos
Sencillamente GENIAL.
Le he visto actuar 3
veces y a lo inimaginable, es que la primera me gusto, la segunda me encantó y
la tercera ya no tengo palabras a la cuarta ya no se que diré.
El lo insuperable,
sencillamente lo supera
Yo personalmente lo recomiendo,
evidentemente hay gusto para todos, pero creo que este tipo de espectáculo es
universal, dudo que a alguien no le guste.
Simplemente el Sr.
Barroso es capaz que, en una hora que dura el espectáculo, dejes de pensar en
todo lo que te pueda preocupar y te centres en risas y más risas.
Y lo que no es menos
importante es que, te llegan mensajes ocultos que te hacen reflexionar de la
vida, ya que sus ironías llegan a lo mas hondo y caes en la cuenta que entre
risa y risa, estas aprendiendo muchas cosas de la vida y recibiendo información
que a lo mejor no habíamos ni caído en ello.
En resumen es ver un
espectáculo del cual sales con un buen sabor de boca, feliz y alegre que es de
las cosas mas importantes de la vida
Feliz dia a todos
Pili
Eventos
Me acaba de llegar una
postal de mi querido progenitor y no he podido evitar publicarla aquí por su imbricación con el tema principal de este blog.
“Eufrasio.
Visto que todas mis
advertencias no han servido de nada, y antes de que ese vampiro acabe también
con el dinero que te corresponde en herencia, he decidido pateármelo, así que
he alquilado un apartamento en Benidorm y me estoy dando la gran vida.
Tu padre:
Honorio Fàbregas”
Como podéis ver, a pesar
de sus esfuerzos, deja entrever, veladamente, su admiración por el señor
Barroso, ¡Si hasta se está contagiando de su sentido del humor!
Gracias papá por esta
cariñosa misiva.
El Gran Libro de Autoayuda
del Señor Barroso
Prefacio del transcriptor
Si a una
persona como yo que era feliz con su modus
vivendi, con un extraordinario trabajo, ¿puede haber tema más excitante que
la literatura mística?, que soy libre como un pájaro pues, a diferencia del resto
de los mortales, gracias a mi especial concepción de las relaciones humanas, no
tengo que preocuparme de amigos, de parejas[1] y, a
excepción de mi padre, tampoco de parientes; le ha producido una convulsión vital
y una apertura de miras inesperada, ¿qué no podrá hacer por vosotros que vais
buscando respuestas a vuestra existencia?.
Pensado
para todos aquellos que necesitan una guía y un impulso que los sustraiga de la
mediocridad o de la desesperación, este tratado no defrauda: la brillantez de
sus proposiciones y la sencilla dialéctica con que son expuestas lo convierten
en un tesoro único donde se conjugan el ensayo, la investigación científica más
rigurosa y una calidad literaria excepcional.
No ha
sido tarea fácil concluir este cometido, a los inusuales horarios y viajes a
que obliga su oficio al creador de este estudio, debemos añadir sus múltiples
compromisos y necesidades especiales. El autor precisaba paz y tranquilidad
para poner en orden sus ideas, y qué mejor sitio para relajar la mente y el espíritu
que la soledad del desierto, así que, en cuanto se llegó a un acuerdo con la
editorial y le hizo efectivo un adelanto, decidió trasladarse una temporada a
las Vegas. Allí puso de relieve, una vez más, su asombroso don de gentes,
incluso llegó a hacerse amigo de unos agentes del orden; según su propio
testimonio estuvo conviviendo con ellos un par de días ¡en la propia comisaría!
Si todos
estos hechos ya son remarcables de por sí, justo antes del viaje ocurrió un
suceso que los convierte en imborrables para mí: había estado ahorrando pues
había localizado en internet un hallazgo sorprendente, se había descubierto un
mecanoscrito original del mismísimo San Juan de la Cruz y se encontraba a la
venta a un precio accesible, aunque no exento de la necesidad de sacrificios,
para mi bolsillo. Pues bien, justo antes del viaje desapareció ese capital y,
hasta el día de hoy no lo he encontrado. Pero no desespero, siempre he sido muy
despistado para estos temas y estoy seguro que un día lo descubriré en el sitio
más impensado.
En
aras de la exactitud y debido a las implicaciones que ello puede tener en el
futuro de los lectores, he intentado ser lo más fiel posible en la
transcripción de cada una de las palabras de mi interlocutor, pero no ha sido tarea fácil.
[1] El celibato me ha permitido
centrarme en mi trabajo, exceptuando rachas esporádicas, y en ocasiones intensas,
de onanismo; y alcanzar un puesto destacado en la erudición, tanto por lo que
tiene de vigorizante espiritual y estabilizador emocional como el ahorro de
tiempo que supone el no tener que preocuparse por las nimiedades de la
convivencia.
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