Correos
Este mes no cabemos en
nosotros de alegría. Podéis rememorar los mejores momentos del espectáculo del
señor Barroso en:
Eventos
Güini, su inseparable
compañero, seguidor acérrimo de las técnicas actorales de la escuela
Grotowskistanislaski, admirador de Living Theater, después de un arduo y
desconocido, aunque gratificante, trabajo en las salas alternativas y
underground pudo ver recompensada su perseverancia con papeles que lo llevaron
a la fama, como casi todos vosotros recordaréis. Quedan para el imaginario
popular aquel anuncio de suavizante en el que hacía de doble en las escenas
peligrosas, o campañas para el ayuntamiento de Madrid en las que aparecía junto
al madroño, personaje con el que se involucró tanto debido a su método, que le
costó tres meses y la ayuda de un psicoanalista poder volver a su vida normal.
Esto le ha llevado a
divergir en criterios escénicos, a veces, con su mentor, aunque, por suerte
para la historia del arte, siempre han acabado prevaleciendo los del señor
Barroso; pero ello no ha impedido un fructífera relación profesional que, estoy
seguro, todavía nos deparará muchas alegrías.
El Gran Libro de
Autoayuda del Señor Barroso.
Prefacio del transcriptor
En gran
parte de los archivos de sonido las ideas brillantes se intercalan con
balbuceos incoherentes, seguramente producidos por la mala calidad de la
grabadora, pues el hecho de que el artífice de este vademécum de la salud
mental cultive sus amistades hasta altas horas de la madrugada no tiene nada
que ver: él sabe exactamente la cantidad de libaciones que puede soportar y es
muy comedido con este tema, y los rumores que apuntan a lo contrario son una
falsedad de envidiosos competidores destinados a minar su credibilidad.
También
aparecen ruidos producidos por mis vecinos que, según he podido discernir por
sus palabras, son unos apasionados de los juegos de rol. Al parecer, sus logros
son recompensados con micropuntos y en el juego participan famosos personajes de
cómic como Popeye, Superman, Batman y Farlopa
(s.i.c.); ni qué decir tiene que, a diferencia de mí, el artífice de las
siguientes páginas enseguida trabó amistad con ellos.
A estas
dificultades hemos de añadir que hubo un periodo en el que no pude trabajar por
un corte en el suministro eléctrico, la compañía me dejó sin luz alegando que
debía multitud de recibos. Yo, que siempre he pagado puntualmente, que cada mes
le daba el dinero al señor Barroso para que hiciera el ingreso. Pero con las
grandes corporaciones siempre tienes las de perder y, a pesar de mis
reclamaciones, he tenido que volver a abonar las cantidades que me han
solicitado para poder acabar este escrito.
A pesar
de todo, el esfuerzo ha merecido la pena y las contrariedades han contribuido a
mi desarrollo personal. Cuando echo la vista atrás me siento orgulloso de poder
decir que he ayudado con mi pequeña colaboración a que esta joya haya llegado a
tus manos.
Sabiendo
el mucho bien que va hacer tengo el profundo convencimiento de que, a partir de
ahora, vamos a vivir en un mundo mejor.
Eufrasio Fàbregas
-3-
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