Bienvenidos

Bienvenidos.
Soy Eufrasio Fàbregas, biógrafo y admirador del señor Barroso y he tomado entre mis manos la misión de propagar la vida y el trabajo de este gran artista a través de este blog. Para ello dispondré de unos Bloques que se actualizarán mensualmente y que os expongo seguidamente.
1.- Correos: Podéis enviar vuestros comentarios acerca del señor Barroso al correo electrónico: el.sr.barroso@hotmail.es (Cualquier correo que llegue a esta dirección podrá ser publicado, y si no figura vuestro nombre o nick aparecerá con vuestra dirección de e-mail)
2.- Eventos: Aquí figurará la actualidad más rabiosa acerca de actuaciones y vivencias del señor Barroso.
3.- El gran libro de autoayuda del señor Barroso: Cada mes será publicada una página de esta magna obra que ha ayudado a tanta gente.
Y si lo que quieres es contactar por motivos profesionales, entra en http://www.cirkonita.com/

Podéis rememorar los mejores momentos del espectáculo del señor Barroso en:

www.youtube.com/watch?v=H9QcwPxTECA

viernes, 1 de noviembre de 2013

Noviembre

Eventos
¿De dónde saca la inspiración el señor Barroso para encontrar nombres tan originales para personajes como Peo? Muchos ya lo habréis adivinado, pero, para que no os quedéis en la incertidumbre de si estáis en lo cierto y para todos aquellos que todavía no lo han hecho, os lo voy a descubrir.
El señor Barroso siempre ha sido un admirador de ese valiente personaje de la Guerra de las Galaxias llamado 3PO, así que lo que ha hecho ha sido alterar el orden de las letras y números P3O y darle la vuelta al 3, obteniendo el nombre de PEO.
Pero no se queda ahí el homenaje, si os fijáis bien, la cara de PEO está basada en la de este augusto personaje intentando conseguir el alto grado de expresividad que sus rasgos faciales y lográndolo a la perfección.

Seguimos con la publicación de PEO y su traducción.

AAAAAAY
He’s stupid
Peo dances flamenco

El Gran Libro de Autoayuda del Señor Barroso.
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 Dinero
Aunque todos estemos de acuerdo en esto, quizás sea más difícil encontrar un modo con el que alcanzar esa placidez anímica de lo que, en un principio, nos podría parecer. Ya sé que tu indomable espíritu te ha hecho emprender algunos proyectos pecuniarios, como aquella vez que abriste una tienda al lado de un bazar chino, lo único que tenías que hacer era comprar los productos en la tienda del costado y venderlos 0,50 euros más caros; aún no te explicas qué pudo fallar, según tú sería debido a la coyuntura económica porque el plan era perfecto. O aquella ocasión en que un simpático tontito te ofreció un sobre lleno de billetes a un precio increíble (como desaprovechar esa oportunidad un tiburón de los negocios como tú) que, una vez en casa, al abrirlo y entrar en contacto con la atmosfera, misterios de la química, se transfiguraron en recortes de periódicos, que tienes guardados en un cajón y de vez en cuando les echas una mirada para ver si se ha producido la reacción inversa y han vuelto a transformarse en papel moneda.
Todos los manuales que has leído sobre el tema de cómo triunfar en la vida te han dicho que hay que vencer las dificultades, que nada es fácil, que hay que caer para volver a levantarse y que hay que aprender de los fracasos para poder triunfar. También te exhortan con frases como “sea el mejor”, “sea el número 1”, no hagas ni caso, para empezar estos libros están escritos para que los compre gente que nunca han sido ni tienen la posibilidad de ser el primero en cualquier aspecto de la vida, de facto el mejor sólo lo puede ser una persona, todos los demás son considerados perdedores por estas doctrinas creadoras de triunfadores sociópatas y megalómanos, y si tú pudieras ser el mejor en cualquier campo aunque fuera con denuedo y dedicación, ya sobresaldrías sin tener que esforzarte. Respecto a los fracasos[1], no aprendas de ellos; así como los de otros resueltos caminantes de la senda de los negocios siempre nos pueden enseñar algo, los tuyos son simplemente fiascos, desastres tan ruinosos y obtusos que lo mejor que puedes hacer es olvidarlos y procurar que no se entere nadie de lo que has hecho.


[1] Lo mejor que se puede hacer con los fracasos es lo que hago yo: no tenerlos.

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